Latido a latido te siento,
Aun en la lejanía que nos separa,
Hoy me siento como siempre tu hijo,
Y extraño tus calles, y extraño tus plazas,
Recuerdo tus monumentos grandiosos,
tu historia, tus gentes, tus encinas y tus montañas.
Latido a latido te siento,
Quien pudiera volver de repente a la infancia,
A tus pueblos en fiesta, a tus ciudades romanas,
A tus cruces de culturas, Judía, Mora y cristiana,
Al abrazo de tus gentes, y a la calidez de sus almas.
Ay mi Extremadura,
Que lejos estoy de ti,
Aunque mi corazón de ti no se separa,
Cada día te siento en mi pecho,
Cada día te añoro en mi alma,
Y a veces en la soledad de la noche,
Pensando en ti, se precipitan mis lágrimas.
Anoche tuve un sueño,
Soñé que volvía,
a pasear por tus campos,
A bañarme en tus ríos,
Bebía como de niño en tus fuentes,
Paseaba por tus huertos, olivares, cerezos en flor, tus lagares y tus molinos.
Caminaba tranquilo por tus calles,
Deshaciendo para siempre el camino.

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