domingo, 26 de abril de 2020

CUANDO TODO ESTO ACABE




Cuando todo esto acabe os diré tantas cosas,
Os daré todos los abrazos que guardo para vosotros cada día,
Os daré los millones de besos que os debo,
Estaré al mismo lado del teléfono que vosotros,
Os diré te quiero mamá, te quiero papá, mirándoos a los ojos,
Y sonreiré con vosotros como lo hacíamos hace un tiempo.

Cuando todo esto acabe,
Os valoraré como os debí valorar siempre,
Os escucharé con respeto como lo hacia en mi niñez,
Aunque me enfade jamás volveré a negaros mis palabras,
Y os mostraré cada día con hechos la devoción de quien os ama.

Cuando todo esto acabe,
Volveré a casa para encontrarnos de nuevo,
Para celebrar a pesar de la tristeza que la vida sigue,
Para reunirnos alrededor otra vez de la mesa,
Y antes de sentarnos fundirnos en un abrazo interminable,
Y mirarnos y contarnos miles de cosas desde el alma.

Cuando todo esto acabe,
Os diré con abrazos y besos el amor que os tiene vuestro hijo.

SIN PODER DECIR ADIÓS



Miró al techo de aquella habitación,
Y se despidió de aquella cárcel sin más,
Nunca pensó en volver, ni echo la vista atrás,
Y cerró los ojos para dejarse llevar,
Y imaginó que estaba como cuando niño a orilla del mar.

Recordó su vida, su niñez, su adolescencia y su madurez,
Y unas lágrimas recorrieron sus mejillas,
Recordando a sus hijos, a sus nietos y a su mujer,
También se acordó de sus padres y sus hermanos,
Y se acordó de aquella guerra y aquella posguerra,
Que por desgracia le tocó vivir haciendo cada día más duro.

Pensó que había llegado el momento,
Y sintió que la tristeza se apoderaba de su corazón,
A él le hubiera gustado despedirse de los suyos,
Y no llegar al final de su vida sólo en aquella habitación,
A veces es duro el destino y mas duro el adiós,
Y todo lo vivido se queda en un suspiro.

Se preguntó porque a él, porque en este momento,
Volvió abrir los ojos y suspiró antes de marcharse sin decir adiós.

TIEMPOS OSCUROS




En estos tiempos oscuros que vivimos,
Con estas mañanas de desayunos con penas,
De tristezas, dolor y números malditos,
Que se nos van clavando en el corazón como espinas,
Arrancando las lágrimas más sentidas y profundas,
Que van dejando el alma en los huesos, con anemia.

Hoy a través de esta ventana observo el mundo inmóvil,
Carente de vida, como si se hubiese parado el reloj,
Como si a la gente se le hubiera olvidado vivir,
Como si al destino se le hubiera olvidado darle cuerda.
Como si solo existiera el ayer y nada invitará a seguir.

En esta colmena que vivo encerrado, preso,
Entre estas paredes de cartón opacas pero no silenciosas,
Oigo los lamentos insomnes acompañados de acordes,
De una canción que se repite incesante en un bucle,
Que pretende ser una tabla de salvación y un homenaje,
Pero que ya empieza a ser muy molesta.

Recluido en mis pensamientos no encuentro la puerta,
Para saltar al vacío y columpiarme con el destino,
En busca de la vida que nos arrebata una sombra,
Y lleno de nostalgia enfilo el pasillo con un folio en blanco,
Para poder cazar una musa que me narre una historia,
Susurrándome al oído un poema nuevo,
Para salir así del aburrimiento en el que ahora me encuentro.

Hoy me grita el corazón que no soy de este planeta,
Quizás me estoy volviendo loco o quizás me falte una pieza,
De este rompecabezas sin sentido, sin razón y sin razones,
O quizás prefiero no ver la realidad que nos aborda,
Porque ya me canse de sufrir lo insufrible,
Y de luchar contra molinos de viento que sólo generan odios.

Hoy a través de esta ventana observo el mundo inmóvil,
Carente de vida, como si se hubiese parado el reloj,
Como si a la gente se le hubiera olvidado vivir,
Como si al destino se le hubiera olvidado darle cuerda.
Como si solo existiera el ayer y nada invitará a seguir.

MESES PERDIDOS



Mírame, aquí estoy,
Como tu persiguiendo sombras,
Consumiendo el tiempo, aceptando el reto,
Endureciendo la piel y levantándome del suelo.

Mírame, aquí estoy,
En esta lucha suicida,
Que apenas da tregua y te deja sin aire,
Buscando como tu una explicación, una salida,
Un resquicio de esperanza por donde colarme,
Y que de sentido al adiós de tantas vidas.

Tengo los temores llenos de temores,
Y las emociones sin nada que ofrecer,
Tengo más miedo del que supones,
Con mi hoy rezando cada día a mi ayer,
Tengo la risa en agonía y el sentimiento a flor de la piel.

Tengo unos meses perdidos,
Entre hojas de calendarios viejos,
Un reloj que se niega a marcar las horas,
Unas fotos antiguas en blanco y negro,
Y una casa que espera para la eternidad de mi alma.

Tengo la sensaciones llenas de incógnitas,
Los momentos sin piel y en carne viva,
Las noches llenas de feroces pesadillas,
Y las mañanas llenas de números y despedidas.

Tengo mis manos llenas de dudas,
Las tardes se hacen sombrías e interminables,
Con una campana repicando con dureza,
Cantando al viento su triste canción de duelo,
Mientras la soledad recorre las calles sembrándolas de heridas.

Tengo un momento desesperado,
Que ahoga un grito desgarrador en mi garganta,
Miles de lágrimas que envenenan mi corazón,
Y una puerta cerrada que me niega mi hoy, mi mañana,
Silenciando cada tarde los aplauso en el balcón.