jueves, 25 de abril de 2019

MILLONES DE ALMAS



La tarde llega a su fin y se pone su vestido oscuro,
es la hora en que los ojos han de acostumbrarse a la oscuridad,
y me dejo llevar hasta el pasado por mis recuerdos,
y me tumbo en la hierba a contemplar la estrellas,
mientras mi memoria revive historias de mi ayer.

Voy dibujando como cuando era niño las constelaciones,
y como entonces me quedo absorto en la Osa Mayor,
y siento que me mira fijamente, desafiante,
y que me reta a seguirla hasta el cielo, hasta el otro lado,
y en un susurro de viento me dice al oido, soy un alma que un día conociste.

Sígueme no tengas miedo de acompañarme,
nada malo te espera en el mundo de los sueños,
déjate abrazar por Morfeo y comienza conmigo tu viaje,
que ha de llevarnos mas allá de cualquier mundo conocido,
donde las emociones nacen y mueren libres,
y las lagrimas solo son lagrimas de felicidad y de amor.

Pasa la noche y el alba me descubre en este parque,
y al abrir los ojos me siento en paz conmigo mismo,
he viajado en sueños por mundos increíbles,
he sentido cada latido de mi corazón sin tiempo,
y he hablado con miles de almas que hoy son estrellas.

Vuelvo a casa en silencio,
y miro al cielo que luce azul celeste,
y espero que pasen las horas rápido,
y que vuelva a caer de nuevo la tarde,
y que vuelva a ponerse su vestido oscuro,
para volver al parque y de nuevo tumbarme,
y volver a viajar hasta los mundos que están dentro de mi.

lunes, 22 de abril de 2019

HERMANO (Dedicado a los emigrantes muertos en el Estrecho)






Desde aquí observo la otra orilla,
El punto que me sirvió de partida,
Y te imagino de pie en la arena,
Mirando en mí dirección a esta playa,
Imaginando que nuestra sangre se junta,
Y por fin poder abrazarnos de nuevo.

Desde aquí observo la otra orilla,
Y recuerdo cuando estuve allí,
En tu misma situación a la espera,
De cruzar el estrecho y vivir,
De lograr hacer realidad mis sueños,
Y poder daros todo lo que necesitáis.

Desde aquí observo la otra orilla,
Y espero hermano que tú estés hay,
Espero que un día cruces estas aguas,
Y volvamos a ser una familia unida,
Y no volvernos a separar jamás,
Y ser para siempre por fin libres.

Desde aquí observo la otra orilla,
Y espero verte en esa patera que se acerca,
Y espero verte pisando esta playa,
Mirándome a los ojos y sonriendo,
Como recuerdo siempre tu sonrisa,
Y gritando al viento, por fin estamos juntos hermano.

Desde aquí observo la otra orilla,
El punto que me sirvió de partida,
Y te imagino de pie en la arena,
Mirando en mí dirección a esta playa,
Imaginando que nuestra sangre se junta,
Y por fin poder abrazarnos de nuevo.

martes, 9 de abril de 2019

CADA SEGUNDO




Vamos hacer que todo tenga sentido,
que las letras nos unan en nuestro caminar,
que el principio sea un gran principio,
que jamas contemos un final,
y que la amistad sobreviva al tiempo.

Vamos a tirar las fronteras,
a unirnos por el corazón,
a abrirle los brazos a quien quiera,
a conversar sin odio, con emoción,
y a compartir nuestras ideas.

Vamos a remar hacia el infinito,
a crear un mundo entre todos mejor,
a gozar de cada irrepetible instante,
a darle al alma mucho amor,
y a vivir cada segundo mirando hacia adelante.

Vamos hacer realidad nuestros sueños,
a vivir cada día nuevo en libertad,
a dejar que todo lo malo se lo lleve el viento,
a hacer de cada uno uno mas,
y a darle un sentido nuevo al futuro.

Vamos a darle verdad a la mentira,
sentimiento y emociones a la razón,
vamos a cerrar todas las heridas,
a vivir sin razas, sin colores, sin banderas, ni religión,
solo valorando cada segundo la vida.

domingo, 7 de abril de 2019

CON LA MIRADA PERDIDA



Esperando en esta curva,
con la mirada perdida y el alma en la hoguera,
contemplando y contando las estrellas,
esperando que llegue la mañana,
para volver a olvidarme de ella.

Voy camino del infierno,
subiendo los escalones de la vida,
jugando con dragones rojos,
que se contonean con la llama,
mientras apuro una botella y se consume otro porro.

Lentamente el viento susurra en mi oido,
canciones olvidadas de mi juventud,
y entre estas cuatro paredes sin techo,
laten los acordes fuerte en mi pecho,
que van apuñalando mi corazón.

Con mi equipaje siempre a cuestas,
dejando atrás las historias de mi vida,
entre el calvario y las heridas,
resistiendo y levantándome de las caídas,
sin importarme una mierda lo que digan.

Esperando en esta curva,
con la mirada perdida y el alma en la hoguera,
contemplando y contando las estrellas,
esperando que llegue la mañana,
para volver a olvidarme de ella.