martes, 29 de octubre de 2019

EN EL MAR DE LA NOSTALGIA







Hoy navego por mi mente como un barco perdido,
y me pierdo en el mar de la nostalgia y en aquellos años,
cuando aun era joven y vivía cada segundo como si fuese el ultimo,
de fin de semana en fin de semana, de garito en garito,
de cuentas perdidas y mañanas de encuentros,
entre las nubes y la espuma de una cerveza.

Donde quedaron los juegos de la niñez en el parque,
los primeros besos inocentes soñando con el amor,
los paseos con lo eterno de la mano y el presente,
el futuro de sueños que soñábamos vivir sin miedos,
y las risas incesantes que han pintado de arrugas mi ser.

Donde quedaron los días felices de perdices sin huesos,
de princesas trasnochadas y príncipes desteñidos,
los días mirando al lago o las barcas en el retiro,
del whisky de garrafón en Orense, Arguelles y Malasaña,
del metro con olor a podrido en cada amanecer,
y las mañanas de domingo con dolor de cabeza y resaca.

Donde quedaron los amigos de sangre, tequila y cerveza,
los rollos de verano que pudieron ser y nunca fueron,
las piernas de aquella peluquera de mi barrio teñida de morena,
los domingos tranquilos paseando por el rastro,
y el chocolate con porras en San Gines después de Joy Eslava.

Donde quedaron los años que pasan con prisas,
los días que nunca esperaron ni si quiera al olvido,
los amigos eternos que jamas volvieron a mi vida,
las tardes de cine en Gran Vía viendo un estreno,
y los atardeceres paseando por Madrid.

Hoy navego por mi mente como un barco perdido,
y me pierdo en el mar de la nostalgia y en aquellos años,
cuando aun era joven y vivía cada segundo como si fuese el ultimo,
de fin de semana en fin de semana, de garito en garito,
de cuentas perdidas y mañanas de encuentros,
entre las nubes y la espuma de una cerveza.



miércoles, 23 de octubre de 2019

A UN CENTIMETRO DE TUS LABIOS






No se como empezó la noche, ni el porque,
solo se que nuestras miradas se encontraron,
y destino que otras veces fue cruel,
hoy jugo al juego del amor con nosotros.

Solo nos basto una mirada para sentirnos desnudos,
la fantasía jugo sus cartas con el deseo,
y antes de darnos cuentas de lo que pasaba,
nuestra ropa cubría el frío suelo,
mientras mi lengua dibujaba tu silueta sobre la cama.

Mis manos jugaron con tus senos,
mientras nos devorábamos como si no hubiese un mañana,
ebrios de la piel del otro,
mientras dejábamos nuestros miedos encerrados,
y nuestros tabúes en el baúl de los recuerdos.

Bebí con ansia y sin freno entre tus muslos,
saboreando el néctar que se encuentra entre tus labios,
mientras tu jugabas con tu boca y con tus manos,
llevándome hasta la locura y el séptimo cielo,
en un sesenta y nueve infinito.

Te tome y me tomaste de mil formas,
y dejamos que universo se hiciese pequeño,
mientras cabalgabas encima de mi hasta la mañana,
donde nos abrazamos y nos dimos un beso,
y nos juramos que volveríamos a repetirlo.

Encerrado a solas en este cuarto,
siento como las paredes me hablan,
aun se percibe el olor de tu cuerpo,
y aun me imagino a un centímetros de tus labios.

viernes, 18 de octubre de 2019

UNA NOCHE BESE A LA LUNA




No se si lo soñé o lo vivi,
solo se que después de una botella de whisky,
bese anoche a la luna antes de irme a dormir,
y amanecí en la habitación de siempre,
y ella ya no estaba junto a mi.

Cada noche paseo por los mismos barrios,
frecuento uno a uno los mismos garitos,
beso otros labios de princesas perdidas,
y pernocto en otras habitaciones, en otros cuerpos,
pero jamas he vuelto a sentir el sabor que me dejaron sus labios.

No se si lo soñé o lo vivi,
solo se que desde entonces,
vago como un huérfano que solo la quiere a ella,
esperando que otra noche me diga ven,
mientras transito de mirada en mirada y de boca en boca.

No se si lo soñé o lo vivi.
Si sucedió o no sucedió,
solo se que una noche bese a la luna,
y ahora cada noche miro al cielo,
y desde mi terraza la guiño un ojo y lanzo un beso.

No se si lo soñé o lo vivi,
si sucedió o no sucedió,
solo se que estoy loco de amor por ella,
solo se que muero por sus huesos.

sábado, 12 de octubre de 2019

ANÍBAL BARCA






Levantaos y contemplar como se esconden,
el miedo se nota a través de sus escudos,
no tienen la valentía de mirarnos de frente,
pues ya les hemos vencido a corazón y fuego,
y hoy hermanos míos entraremos en Roma,
y mandaremos al infierno a los hijos de Romulo y Remo.

Levantaos hermanos míos,
seguir mis pasos hacia el triunfo o la muerte,
vamos a regar la tierra con sangre de esos malditos,
no tengáis miedo al mañana pues seremos eternos esta noche,
y mañana alcanzaremos la gloria o vagaremos por el infierno.

Levantaos y mirar como se esconden tras los muros,
al contemplar a hombres libres blandir sus espadas,
y desde este alto os digo sin miedo,
pues ya les hemos ganado en muchas batallas,
que hoy borraremos para siempre cualquier camino que llegue a Roma.

Levantaos y caminar conmigo,
hasta las puertas del averno,
hoy haremos mas grande a Cartago,
y escribiremos la historia de nuestra vida,
forjando-la a golpe a golpe, hombre a hombre en la piel del enemigo.

Levantaos hermanos míos y caminar a mi lado,
pues hoy haremos historia en la memoria de otros hombres,
mientras la eternidad nos espera en su lecho,
disfrazada de Romana sedienta de placeres,
con una jarra de buen vino Romano.

Levantaos hermanos míos,
y vamos hacer que tiemblen de miedo.

viernes, 11 de octubre de 2019

CON SENTIDO O SIN SENTIDO





Volver a escribir,
al misterio, a la vida, a las noches y las madrugadas,
a las horas perdidas y a las horas encontradas,
al sol, a la luna y a las estrellas,
a todas y a ninguna de ellas.

Volver a escribir,
al amor y al desamor,
al corazón roto y al alma con alas blancas,
al oscuro deseo que esconden unos labios,
al silencio y a las palabras,
y al olor que deja tu cuerpo cuando te vas sobre las sabanas.

Volver a escribir,
a la luz y a la oscuridad,
al camino doloroso que lleva hasta la felicidad,
a las palabras que se escoden sin ser nunca un sonido,
a las lagrimas suicidas que se deslizan por las mejillas, 
precipitándose irremediablemente  hacia el olvido,
a lo que digo y a lo que callo.

Volver a escribir,
moldeando los sentidos,
intentando describir lo que sucede entre latido y latido,
dejando pasear al pensamiento como un niño perdido,
que va mirándose al espejo para entender lo que digo,
mientras los dedos van plasmando un susurro incomprendido.

Volver a escribir,
con sentido o sin sentido.