En tiempos difíciles, el duelo más complicado es la compasión.
Te conozco, conozco tu dolor,
Somos ambos espíritus libres, sin miedo,
Nacimos en un mismo cuerpo, con una sola alma.
Recuerda que el ansia de conocimiento,
Nos expulsó del jardín del Edén,
Pero eso nos hizo crecer como persona,
Y nos hizo afrontar la vida valientemente,
Y afrontar los retos con fuerza,
Y supimos dejar atrás el pasado.
Cada día es una ocasión de vivir cada segundo,
Sin cadenas, en libertad,
Como ha de vivirse el presente,
Sorbo a sorbo hasta emborracharse de vida,
Sin que el miedo nos atenace.
Sé valiente, no dejes que otros guíen tus pasos,
Solo tú sabes cuál es tu camino, tu reto, tu sueño,
Que nadie escriba tu obra, ni escriba tu guion,
Tú eres quien levanta el telón y lo baja,
Esta es tu obra, este es tu reto.
Esta es la obra de tu vida,
nada, ni nadie forma parte en ella si tú no quieres,
Tú escribes cada renglón, cada letra, cada palabra,
Eres el actor principal, y tú repartes los papeles,
Y decides quién es importante para ti,
Y quien simplemente ocupa un papel secundario.
No tengas miedo,
Pues recuerda que nadie sale vivo de esto,
nuestro tiempo es limitado,
Respira y salta, respira y baila,
Besa y abraza, sin límites,
No dejes huérfanas a tus manos de caricias,
No escondas, los te quiero, ni los te amo,
Pues aún estás en pie y brilla el sol en el cielo,
Y nunca es tarde para un acto de amor.