sábado, 27 de septiembre de 2025

ALEJANDRO

 




Sol y arena,
En el horizonte se dibuja el mañana,
Bajo el cielo azul avanzó hacia la nada,
Dejando atrás lo conocido, lo vivido,
Los dioses me protejan de todos los males,
Y me lleven a transitar sin peligro el desierto.

Camino hacia el oasis de siwa,
Allí me espera Templo del Oráculo de Amón,
Para que mi espíritu renueve su alma,
Y en paz terminen mis días, lejos de mi patria,
Lejos de mi familia, en tierra extranjera,
La cual me acogió al final como a un hijo,
nombrándome faraón del alto y bajo Egipto.

A mi muerte quiero ser enterrado,
No en una pirámide, quiero estar en mi ciudad,
Quiero descansar en Alejandría,
Y que hable de mí la historia,
Que en los libros se lea mi nombre,
Y que hable de mí la eternidad,
Y que mi nombre resuene en todo lo conocido,
Y se diga, no hubo nadie tan grande, tan grande como Alejandro.

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