viernes, 1 de septiembre de 2017

ABUELO CUÉNTAME OTRA VEZ


Abuelo cuéntame otra vez las historias,
esas que me contabas cuando era un niño,
de una comarca rodeada de verdes montañas,
llena de cerezos, olivos, jaras, lavanda y pinos.

Abuelo cuéntame de sus gentes, de sus huertos y sus ríos,
de las huellas del tiempo pasado y su cultura,
de la paz y la soledad que te regala el invierno,
del calor del abrazo de sus gentes y las tardes junto al fuego.

Abuelo cuéntame otra vez como cuando era un niño,
los relatos del macho Lanu y de la descabezada del Gasco,
la historia de la cruz bendita entre moros y cristianos,
y el molino viejo que se hundió donde estuviste trabajando.

Abuelo cuéntame otra vez como cuando era un niño,
las historias de los tamborileros y los curanderos mágicos,
de los pueblos y los molinos que se han quedado solos, hundidos,
y la historia de Don Tomás, Don Romualdo Martín y la del Tío Picho.

Abuelo cuéntame otra vez como cuando era un niño,
y háblame de las Hurdes, de las piscinas naturales y el meandro,
de los pueblos grandes, de los pequeños y los medianos,
de la luz con misterio de la primavera, el otoño, el invierno y el verano,
de la humildad y bondad sin límites de sus gentes,
y del olor puro a flores de sus huertos y campos.

Abuelo cuéntame otra vez como cuando era un niño,
como si jamás me lo hubieses contado,
que yo te escucharé atentamente con la cara de embobado,
pues no hay mejor historia que contar y escuchar qué la del lugar amado.

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