jueves, 4 de mayo de 2023

DEBAJO DE LOS OLIVOS








En aquellas mañanas frías de diciembre, con todas las cunetas llenas de escarcha, iba yo subiendo el puerto del gamo con mi mula Robustiana, camino del olivar en traslasierra, para coger las aceitunas y llevarlas al lagar. Mi mujer con una sonrisa en su cara, Agarrada a mi cintura y la alforja sobre la albarda, los dos a horcajadas sobre en la mula, con la cesta para el trabajo, los sacos y el palo de varear, vamos cantando canciones de antaño que se cantaban en las Hurdes. Paca mientras yo vareo unos olivos, vete tú haciendo la lumbre, que los dedos se quedan morados y fríos, como cosa de costumbre, hasta que la mañana entre y el sol caliente, pues estas mañanas de invierno es lo que tienen. Sobre las cestas sentados moviendo rápido las manos, debajo de los olivos dándole vida al palo, se van llenando las cestas, se van llenando los sacos, mientras va pasando el día, mientras calienta el sol en lo alto, a la falda de la montaña de Santa Bárbara. Paca vete por la alforja que es la hora del almuerzo, tráete la bota de vino de pitarra que es capaz de resucitar a un muerto, vamos a sentarnos debajo de aquella encina al lado del fuego, que yo voy a asar los farinatos, mientras tú haces el mojeteo, y vamos a comer para seguir luego con lo nuestro. En aquellas mañanas frías de diciembre, con todas las cunetas llenas de escarcha, iba yo subiendo el puerto del gamo con mi mula Robustiana, camino del olivar en traslasierra, para coger las aceitunas y llevarlas al lagar.

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