martes, 17 de noviembre de 2020

CARTA A MI ABUELA FRANCISCA



Hoy te escribo mil palabras,

con la esperanza de que las leas,

ha pasado tanto tiempo y tantas cosas,

desde que te marchaste apenas queda nada,

salvo la soledad de una casa,

que antaño estaba llena de amor y risas.


Se que allá donde estas,

las cosas serán muy distintas,

que el reloj no tendrá ninguna lógica,

y el tiempo será indiferente para todo,

pues no hay trenes que regresen a esta vida.


Desde aquel día maldito,

te echo tanto de menos,

aún mi corazón te busca en todos los rincones,

mientras mi alma añora tus abrazos,

y mi razón se niega aceptar tu ausencia.


Que puedo contarte abuela,

la vida avanza imparable,

he formado una familia que sería la tuya,

y que me hubiese gustado que conocieras,

pero en la vida no se puede tener la felicidad completa.


Aquí años después te recuerdo cada día,

y te añoro como siempre en cada latido,

parte de mi se fue contigo para siempre,

porque tu sabes como yo que eres parte de mi,

y sabes que un recuerdo jamas muere,

simplemente se duerme.

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