sábado, 3 de octubre de 2020

ABRAZADO A UNA BOTELLA




Cada noche me pierdo en el infinito de una estrella,

y en las profundas y oscuras aguas de mis recuerdos,

en el latido incesante de un reloj miserable,

en las cadenas que me atan a este infierno,

y en las verdades que me escupen a la cara los escaparates.


Abrazado a una botella voy consumiendo mi tiempo,

y en el fondo a través del cristal todo se ve diferente,

y sentado en este portal veo pasar al rebaño,

que me mira con odio, con asco y desdén,

pensándose inmunes ante esta sociedad que nos devora sin piedad.


Abrazado a una botella,

veo pasar sentado en la calle mis días,

ya no me quedan más horizontes,

cambie por penas mis alegrías,

y sigo como un náufrago esperando renacer en una mirada.


Abrazado a una botella,

viajo hasta mi pueblo y imaginó aquellos campos verdes,

y siento el olor de la tierra mojada después de la lluvia,

y vuelvo a transitar por aquellos caminos de mi niñez,

y me dejo arrastrar por la nostalgia más allá de este cuerpo.


Abrazado a una botella,

voy descontando los minutos que me quedan,

y en un salto final desde el viaducto,

he decidido terminar con mi vida,

porque es la única posesión que me queda.


Abrazado a una botella,

veo pasar sentado en la calle mis días,

ya no me quedan más horizontes,

cambie por penas mis alegrías,

y sigo como un náufrago esperando renacer en una mirada.

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