martes, 3 de julio de 2018

EL ABUELO


Sentado en la puerta con la boina calada,
El cigarro en la boca y arrugas en la cara,
Se mira las manos, las manos encalladas,
De trabajar en el campo, de ganarse la jornada,
El abuelo recuerda su vida, con tristeza y con nostalgia.


Recuerda aquellos días y se le encoge el alma,
La dureza con la que le ha tratado la vida,
Y siente como lo invade la rabia,
Sufriendo siempre por el maldito dinero,
Sufriendo siempre y quebrándose la espalda.


Piensa en su Francisca, su Francisca amada,
La mujer que dio luz y vida a sus hijos,
La dueña de su corazón, su amor y su casa,
Y se acuerda de los momentos vividos con ella,
Mientras de tristeza le brotan las lágrimas.

Sujeta con su mano temblorosa el bastón,
Y Saca con la otra un reloj de su bolsillo,
Casi ya es la hora de cenar, qué rápido pasa el tiempo,
Y se dice, hoy ya soy un viejo y hace nada era un niño.

Sentado en la puerta con la boina calada,
El cigarro en la boca y arrugas en la cara,
Se mira las manos, las manos encalladas,
De trabajar en el campo, de ganarse la jornada,
El abuelo recuerda su vida, con tristeza y con nostalgia.

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