martes, 7 de noviembre de 2017

NOCHES DE SATÉN Y SABANAS DE SEDA





Dias grises y aburridos de oficina,
Escondida tras el traje y la corbata,
Como mujer varada en cuerpo de hombre,
Guardando las apariencias por el que dirán,
Magdalena lucha por su condición intentando salir a flote,
Quitándose las cadenas buscando su ansiada y soñada libertad.

Navegando por las noches más oscuras,
Con sus labios pintados de carmín y su cuerpo vestido de seda,
Naufraga una y otra vez en la isla del desamor,
De fulanos de tal que solo buscan sexo y no un corazón,
Robando-la las ganas de vivir y dejándola a solas con su dolor,
Como sirena con su triste canción, llena de lágrimas y perdida,
Sin más opción que poner su oficina entre la Gran Vía y la puerta del sol.

Noches de lencería muy cara y de camas sucias,
De Alcohol, droga y maquillaje en la almohada,
Noches de colchón destrozado, sexo, semen y saliva,
Sin otra salida que la madrugada traidora,
Que viene a recordarte que ya llegó la hora,
De volver a esa vida que no quieres vivir Más,
De días de trabajo aguantando a tu jefe y sin poder volar.

Magdalena sufre mientras Antonio trabaja,
Esperando a un hombre que al fin la haga feliz,
Mientras vive de día su terrible historia,
Por las noches camina y sueña sin dormir,
Con minifalda, medias oscuras y tacones de aguja,
Soñando que lleguen las noches de satén y sábanas de seda,
Pasa las horas al raso haciendo las esquinas de la calle Montera.

Dias grises y aburridos de oficina,
Escondida tras el traje y la corbata,
Como mujer varada en cuerpo de hombre,
Guardando las apariencias por el que dirán,
Magdalena lucha por su condición intentando salir a flote,
Quitándose las cadenas buscando su ansiada y soñada libertad.

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