VAMOS A ENCONTRARNOS

Esta noche de ternura acompasada,

Voy dándole cuerda al corazón,

Con palabras que nacen desde el alma,

Asomándome al abismo de la sin razón,

Y aún sigo en la pregunta,

Cuantos besos caben en tu cuerpo.

La luna se cuela por la ventana,

Dibujando tu silueta sobre el colchón,

En un baile prohibido entre la luz y las sombras,

Mientras mis dedos se deslizan lentos por tu piel,

Tentando al deseo a una batalla,

De caricias, besos y pasión.

Vamos a encontrarnos en las estrellas,

O en el abismo más profundo,

Dándole rienda suelta y libertad a la lujuria,

Sin tabúes, sin tiempo, ni miedo,

En un baile de cuerpos desnudos,

Para llegar al estasis que nos haga tocar el cielo,

Y que en el próximo latido nos haga llegar a la eternidad.

DATE ALEGRIA

Date alegría a tu cuerpo,

No dejes que la tristeza,

Te ate la vida, te haga prisionero,

Recuerda que estás vivo,

Recuerda que aún te queda sendero,

Dale alegría a la vida, dale ritmo al tiempo.

Levántate y baila,

Ahora es un buen momento,

De darte una alegría,

De bailar sin miedo,

De compartir una sonrisa,

De abrazar tu libertad, de abrazar al viento,

Déjate llevar hasta las estrellas,

En un infinito beso.

Mírate en este momento,

Sin contar los segundos,

Como si fueras eterno,

salta al abismo de las emociones,

Sin perjuicios, fronteras, ni miedos,

Que nada detenga tu caminar,

Que nada evite tu vuelo,

Mira hacia adelante, hacia el infinito,

Disfrutando del azul del cielo.

Déjate llevar por ese ritmo,

Que suena cada segundo en tu pecho,

Qué bonito es vivir,

A corazón abierto,

Disfrutando de las cosas pequeñas,

De las miradas de enamorados,

De las palabras y de los silencios,

Mientras dos almas se encuentran,

Y va conspirando el universo.

Date alegría a tu cuerpo,

No dejes que la tristeza,

Te ate la vida, te haga prisionero,

Recuerda que estás vivo,

Recuerda que aún te queda sendero,

Dale alegría a la vida, dale ritmo al tiempo.

RAMSÉS II

 

El pasado duerme en la oscuridad,

soy inmortal por mi nombre será recordado,

Llega un momento en la vida de un hombre,

Que ya no importan amigos, ni enemigos,

Que ya no importan las batallas, ni las guerras,

Solo importa en qué forma uno, deja su huella en la historia.

Ra ha bendecido mis pasos,

Osiris me espera para juzgarme pesando mi corazón,

más allá de la razón, y lo conocido,

El universo me abrazará como a un hermano,

Nada he de temer, pues la muerte es solo el principio,

De aquello que hemos sembrado en la vida,

Y que se escribirá en las paredes de mi tumba,

Abriéndome el camino hacia la eternidad.

Como un dios he paseado por la tierra,

Dejando escrito mi nombre en cada rincón,

Mi espíritu camina por las arenas del antiguo Egipto,

Con sabiduría y fe inquebrantable,

He vivido mi vida con el corazón puro,

Como mandan los principios del Maat,

Asegurándome un paso al campo de juncos,

Que en más allá recuerda al mundo terrenal.

Hoy comienzo el viaje,

Que ha de llevarme a la muerte,

Para renovar mi vida de nuevo,

Hoy viajaré a la otra vida sin temores,

Atrás quedarán mis esposas e hijos,

Y navegaré por las secciones de la duat,

Superando cada obstáculo,

Para apaciguar a las deidades,

Y en mi nombre, se dirán oraciones durante noches y días,

Y partiré en mi barca, dejando huérfano a Egipto.

A RUFI Y A JULI (Y Viceversa)

Ahora que tengo un momento de paz,

Que es de noche y el silencio lo invade todo,

Ahora que es más fácil escribir,

Y que las musas vuelan revoltosas a mi alrededor.

Ahora me tomo un instante para agradeceros,

Estos días, a pesar de la lluvia, tan bonitos,

Esos que hemos pasado como una familia en el pueblo,

Entre risas, barbacoas y bailes,

En ese lugar con magia que habéis creado.

Oí hablar de lealtad,

De momentos inolvidables en la vida,

De la bondad de almas buenas,

De la amistad sin límites, ni condiciones,

Y de tantas otras cosas bonitas,

Que nada tienen que ver con la sangre.

Las palabras se quedan cortas,

Para que puedan describir el aprecio y el cariño,

Ese que no paga el dinero, ni tiene precio,

Ese que se da sin esperar nada a cambio,

Ese que os tengo desde que hace unos años,

Cuando el destino y la vida, nos reunió de nuevo.

Ahora que tengo un momento de paz,

Que es de noche y el silencio lo invade todo,

Ahora que es más fácil escribir,

Y que las musas vuelan revoltosas a mi alrededor.

Quiero agradeceros de corazón,

Ser cómo sois.

HUELLAS EN LA ETERNIDAD

 

Sentado a orillas de la laguna estigia,

Esperando a que llegue el barquero a recogerme,

Recuerdo mis días de gloria,

Y mis días tranquilos en mi tierra,

Con prados llenos de trigo y amapolas,

Y aquel camino a mi casa lleno de árboles frutales,

en Lulia Augusta Emérita, en Hispania.

Atrás quedaron las batallas y la gloria,

Que por siglos gritaran mi nombre,

Esta noche cabalgaré con mi caballo sombra,

Recorreré junto a los dioses el Elisio,

Con el sol dándome en la cara,

A rencontrarme con mi mujer y mi hijo.

La historia me susurra al oído,

Cuando uno baila con el diablo,

Tiene que aceptar que tarde o temprano,

Que Plutón pasé a buscarle,

Y tendrá que regresar a al inicio,

Y volverá a ser polvo del camino,

Y será estrella en el cielo,

Después de dejar sus huellas en esta tierra,

Dejando para siempre sus huellas en la eternidad.